EL "TATI" Y LA FRAGILIDAD DEL CERO.

Ya no se cuantos minutos lleva imbatido Buljubasich, el arquero de la Católica, pero son hartos, más de mil.

Es una situación muy extraña. Pero la de Católica, en general, también lo es.

El campeonato pasado, jugando con un esquema bastante similar, Católica era un equipo que recibió pocos goles, pero que recibió, al fin y al cabo, y terminó puntero de la fase regular.

Pero ese equipo jugaba al fútbol, ganaba los partidos correctamente y no se puede reprocharle nada.

Era un equipo que se caracterizaba por su contundencia, por su volumen ofensivo, por la novedad de jugar sin un "9", sino con dos laterales volantes que pasaban mucho (Pérez, Álvarez), un mediapunta devenido en enganche (Conca) y dos que bien podrían jugar como extremos (Villanueva, Rubio).

En este campeonato, "de mitad para adelante", cambiaron dos caras: se fueron Álvarez y
Villanueva, reemplazados por Fuenzalida y Quinteros (Ignacio como reemplazo natural de posición; el "Polo" como reemplazo que significa cambio de esquema).

Como decía, esa Católica ganaba los partidos. En cambio ésta, simplemente, parece no perderlos.
La diferencia radica en la retaguardia.

Van 14 fechas y el "Tati" todavía no va a buscarla adentro. Una cantidad irrisoria de partidos sin recibir goles. Es cierto que Católica es un equipo sólido, pero de éstos han habido en toda la historia: ni el Milan de Sacchi, con Rossi, Tassotti, Costacurta, Baresi y Maldini tuvo una racha semejante. Podrán decir que el Milan se enfrentaba a mejores rivales y que en Chile la UC no tiene competencia. Pero tampoco es un argumento válido: el récord de valla invicta lo tiene un arquero brasileño del Vasco da Gama, y no digamos que en el Brasileirao no se meten goles.

Y digo que es irrisorio, porque para los que no somos de la Católica ya parece chiste viejo cuando vemos el resultado: 1-0, 2-0, etc. Es que ni el mejor jugador de Winning Eleven juega una temporada con 14 partidos manteniendo el arco a cero. Es ridículo. Es como si no fuera real, pero lo es.

A pesar de ello, Católica parece un equipo "menos bueno" que el del torneo pasado. Sus victorias no son aplastantes, simplemente son. Es como si todos los equipos del campeonato llegasen resignados a enfrentarla e irse con las manos vacías; como si el triunfo máximo fuera sacarle un empate a cero.

Todos hablan de Buljubasich y su concentración para contener el nerviosismo que produce el saber que a cada minuto va rompiendo récords, pero nadie habla del nerviosismo de todo aquel que se enfrenta a su persona. En un segundo pasan por la mente del que va a rematar más de mil minutos invictos, portadas del tipo "rompió el maleficio", etc. La gloria para cualquier jugador de la liga chilena en este momento, pasa simplemente por meterle un gol al "Tati".

Ojo que con esto no quiero restarle méritos a los cruzados ni a su arquero ni mucho menos. Es un muy buen arquero, pero de éstos han existido siempre. ¿Cuál es la diferencia entonces?
Desde mi punto de vista, la diferencia radica en la cantidad de partidos.

Me explico: Cuando un equipo lleva 6 ó 7 partidos, por decir algún número importante, sin perder o sin recibir goles, como en éste caso, la presión radica en ese equipo. Todo el mundo habla del equipo imbatible, de la sensación, de la muralla y adjetivos de ese tipo. Pero una vez superado un umbral -no podría determinarse exactamente cual es-, la presión pasa a quienes lo enfrentan.

Y eso es precisamente lo que ahora ocurre con Católica: su rival se vuelve loco tratando de anotarle, con más ganas que puntería, pero finalmente es traicionado por sus propias ansias. Al "Tati" lo del récord ya debe importarle poco o nada, eso queda para el comidillo de los periodistas que se fijan en estupideces de ese tipo. Ahora él hace su "pega" relajado, sabe que la presión radica en quien lo enfrenta y creo que por ahí pasa el hecho de que todo tipo de jugadores se hayan perdido lo impensable frente a su arco, aún encontrándose absolutamente batido, como ocurrió con Villarroel en el último partido Colo Colo - UC: El mejor arquero de la Católica son los propios nervios de quienes quieren romper el cerco.

Corrobora lo que vengo diciendo el hecho de que en la Sudamericana, por ejemplo, Católica ha mostrado su mejor cara, pese a que...¡Le han hecho goles!. Claro, en este torneo se enfrentea a equipos "mucho" mejores...Revisemos: Clasificó contra la "U" por goles de visita (la "U" también juega el torneo local, por si acaso); le metió 5 al "súper" equipo Alianza Atlético de la "extraordinariamente" competitiva liga peruana (muertos de fríos, pero no importa, ellos ganan en "competencias internacionales" y luego perdió de vuelta (también les metieron goles); Le sacó un punto a los gringos jugando de visita (notable, nada que decir, pero fue empate con goles); después ganó 3-2 en San Carlos, en un partidazo muy sufrido; finalmente, perdieron en el partido de ida contra el Fluminense, por 2-1. Falta el de vuelta.

Sin querer entrar a polemizar sobre lo meritorio de su actuación a nivel internacional (aunque tampoco es para cegarse: aparte del partidón contra el DC United, no le ganaron a nadie), parece claro que ganar en el fútbol es simplemente hacer más goles que el otro. En ese sentido, la Católica "internacional", pese a haber recibido goles, se muestra mucho más contundente que la Católica "local", aún con la valla virgen, porque ha sabido remontar resultados difíciles y porque no se conforma con ese mísero gol que parece bastarle a nivel local.

Puede haber alguien que piense que escribo con cierto resentimiento. Le aseguro que no es así, que de hecho sentía más terror por la Católica del campeonato pasado que por ésta, que siento que una vez que le hagan un gol, saldrán a relucir todas sus fragilidades y que estoy mucho más seguro de mi Colo Colo querido, aunque le hayan hecho goles y a los cruzados no: Sí, los grandes equipos de fútbol también reciben goles, pero juegan más a hacerlos que a no encajarlos.