jueves, agosto 10, 2006

ENGRASANDO LA MÁQUINA

La máquina colocolina que el torneo pasado embocó más de 3 goles por partido (en promedio) comienza a retomar su nivel tras apabullar por 4-1 a O'Higgins de Rancagua.

Pero lo abultado del resultado no debe conducir a equívocos. Colo Colo sigue mostrando ripios defensivos que a nivel internacional pesarán demasiado. Sin embargo, y por el otro lado, hubo un crecimiento individual y colectivo notable que llama a esperanzarse. Veamos.

Lo malo:
- Alex Varas es un muy buen arquero en los mano a mano, pero saliendo a cortar centros y armando barreras es un desastre. No hay término medio, simplemente, no sabe. Ya van 4 partidos y en todos y cada uno le han convertido un gol proveniente de balón detenido.

- Lucho Mena: la regularidad que lo caracterizaba y con la que suplía sus carencias, ha mutado en un presente desastroso, en el que llega tarde a todos los balones, cometiendo demasiadas faltas. Igualmente, resta por saber si la lentitud de estas fechas es producto de la pretemporada, lo que de ser así, le daría un margen de mejoría en los encuentros sucesivos.
Su punto débil, el cabezazo, ha sido explotado de sobremanera por los rivales, haciéndolo ver ridículo cada vez que se queda atornillado al suelo.

- Borghi: Casi jactándose de aquéllo, insiste en que él no trabaja los balones detenidos. Puede que en Chile eso le dé resultados, pero a nivel sudamericano puede terminar vergonzosamente su "apuesta".
Y si no trabajar las jugadas a balón parado defensivas significa otorgar una generosa ventaja, asimismo lo es no aprovechar los balones detenidos propios para abrir la cuenta en partidos de trámite cerrado. Colo Colo se fabrica cerca de una decena de córners por partido, pero ninguno supone una real amenaza para el rival.

Lo bueno:
- Las individualidades son el gran "plus" de este equipo, como quedó demostrado con ese gigantesco gol de Fernández.

- El desbloqueo de Suazo: un jugador que arrastraba una sequía goleadora de 5 encuentros, con los dos tantos de ayer se ha quitado una presión enorme de encima y, más aún, ha demostrado que no depende de los pases de Valdivia para marcar.

- Vidal: a una defensa precaria, un joven con ganas de quedarse en el 11 titular y con enormes capacidades es lo mejor que le pudo suceder. Guapo en la marca, muy ganador por arriba y sabe con la pelota. Ayer asistió a Suazo con ocasión del primer gol y cada descuelgue suyo en ofensiva supuso una jugada de peligro para los celestes.
Con la vuelta de Riffo, la defensa Vidal-Riffo-Henríquez supone un salto cualitativo en la línea más feble del popular.

- Las variantes: hasta ayer, el único recambio que podía cambiar la suerte de un partido era la entrada de Ormeño. Ahora, el abánico de Borghi se amplía notablemente con la puesta a punto de Caneo y del "petrolero" Cáceres.

No hay comentarios.: