viernes, marzo 28, 2008

CLAUDIO BORGHI EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

En un partido increíble, Colo Colo cayó 3-4 visitando a Boca Juniors, con anotaciones de Biscayzacú -2- y Moya para los chilenos, y de Palermo, Gracián, Palacio y Cardozo para los trasandinos.

El ambiente previo al partido fue de absoluta conmoción: el lunes, el plantel de Colo Colo decide no entrenar por no llegar a acuerdo en el asunto de los premios. El martes, Ruiz-Tagle se declará "dolido" por la actitud del plantel y tras cartón, Borghi presenta su renuncia indeclinable. Terremoto a sólo dos días del encuentro ante Boca Juniors.
En la noche de ese mismo martes, los jugadores con mayor peso en el plantel se reunieron con el cuerpo técnico y algunos dirigentes en la casa del renunciado DT, tratando de convencerlo de echar pie atrás. ¿Resultado? pasadas las 4 de la madrugada se retiraron todos sin novedad.
El miércoles, Colo Colo viajó a Argentina con la incertidumbre de la continuidad del técnico, al tiempo que Boca se juramentaba ganar el partido. Las reuniones y trascendidos continuaron ese día, pero todo seguía en vilo.
Llegó el jueves, día del partido y Borghi, como si nada pasara, en vez de entrenar de manera correcta, de preparar al equipo, va y filma un programa para ESPN (en el cual, se dice, lo hicieron llorar). Al rato, aparece en un espacio de FOX Sports y Maradona llama para agasajarlo. ¿la vieja táctica de te adormezco y te mato? Puede ser.
Todo esto en la previa de un partido trascendental, y Borghi viviendo sus 15 minutos de fama en Argentina. Admirable, todo lo que se llama una muestra de "amor por el club".

21 horas, los equipos saltan a la cancha y ya las cosas pintaban mal: Borghi decide alinear a Jhon Jairo Castillo, un tipo que ni en el torneo local ha tenido mucha acción y ha demostrado muy poco. El morocho no se quedó por ganas, pero ¿era el jugador indicado para jugar este partido?
El primer tiempo transcurre lógico: Boca sale con todo a buscar el resultado y Colo Colo acierta de contra, tras un pase magistral de Jorquera que habilita al Grillo -que nunca se borra en las bravas- y este que define cruzado. 1-0 para la visita.
Justo antes del gol, a Boca le expulsan discutiblemente un jugador, pero Palermo hace la obvia e inventa un penal que no dudan en cobrar. El Loco la echa afuera. Tras cartón, le gana el quién vive a Rojas y empate a uno.
Cuando parecía que se iban al descanso empatados, aparece la figura enorme de Sanhueza y pared mediante con Jorquera (¡¡otra vez!!), penetra hasta las barbas de Caranta y cede incómodo para que se escuche de nuevo el cri-cri del Grillo. 2-1 para Colo Colo.

Ahora, el paréntesis. Borghi, muy ido del partido (casi ni lo vivió, estaba comodísimo en el estadio), no haya nada mejor que "renunciar a sus principios" (¿y si lo hacía cuando ganábamos la final de la Sudamericana, cuando teníamos equipo?) y saca a un punta y mete Cabión, a la postre, el mejor asistidor de Boca. Gracián lo empata 2-2.
Luego, y cuando todos, y digo todos-todos, veíamos que Palacio había encontrado la "yayita" de Colo Colo en la lentitud de Rojas (algo que por lo demás, había anticipado en el post anterior), saca a Jorquera, el hombre de los pases gol y mete a Moya (que debió ser del arranque), en vez de sacar a Rojas y colocar a Jara para intentar detener al puntero de Boca.
Y es que aquí se demuestra lo mejor y lo peor de Borghi: lo mejor, reaccionar a tiempo ymeter un cambio ofensivo; lo peor, errar los nombres: sencillamente no estaba viendo el mismo partido que todos veíamos. Y para colmo, en un partido decisivo, recurre a los dos hombres que tuvo en el ostracismo durante casi dos meses, faltos de fútbol y de ritmo, Moya y Cabión (aunque lo de Moya es entendible, porque es un jugador para este tipo de partidos).
Posteriormente, ya 3-2 abajo, saca a Salcedo (que hasta ese momento estaba conteniendo bastante bien las subidas de Ibarra) y hace ingresar a Salazar. No voy a gastar más palabras sobre lo que opino de este jugador: si arruga jugando de local en el Monumental y abusa del pase cortito para atrás o para el lado, era obvio lo que iba a pasar en la Bombonera.
Luego, vino el 4-2 (Cardozo) y Moya descontó y puso el 4-3 definitivo para el local.

El resultado de todos estos cambios horribles fue un Colo Colo absolutamente desdibujado, que terminó con ¡¡¡ MENA DE ENGANCHE !!!.

Yo creo que hubo muchos errores en la parte táctica: Moya debió ser de la partida, Rojas debió salir por Jara, Fuenzalida era mejor opción que Salazar, y así, pero el error más grueso, el más doloroso y canallezco fue la actitud de Borghi desde el martes hasta aquí.
Uno puede entender que se equivoque en los cambios, pero son cuestiones tan básicas que hacen dudar si el tipo estaba realmente metido en el partido, y al tenor de lo que señalé anteriormente, queda claro que a este señor sólo le importa él.
Es que me parece una falta de respeto hacia un club que le dió todo, a los 3 mil chilenos que repletaron la tercera bandeja visitante, el desparpajo de Borghi de renunciar dos días antes de un partido como este, y por si fuera poco, al llegar a Argentina presentarse en cuanto programa había, ¿qué clase de concentración es esa?.

Cómo sea, siendo realistas, una derrota en la Bombonera estaba dentro de cualquier cálculo, la cuestión es que de la forma en que se desarrolló el partido invitaba a soñar con algo histórico, pero cuando tienes a un tipo tomando decisiones sin estar metido como se debe estar en un partido como este, ocurren estas cosas.

No quiero restarle méritos a Boca, jugaron muy bien y con convicción, haciendo valer la localía, lo que por otra parte es lo que se le pide al campeón vigente.
El asunto es que cuando existe una diferencia de planteles tan notable como la que hay entre Colo Colo y Boca Juniors, hay que poner un poquito de lo otro, hay que estar concentrado 100% en el partido, y en eso, Borghi estuvo muy lejos de dar la talla.

¿Puntos rescatables? los de casi siempre: Mena, pese a sus ripios entregó todo y salvó muchas ocasiones de gol; Sanhueza, impresionante, porque cuando estaba jugando más mal, sacó ese plus de los grandes para el segundo gol de Colo Colo y a partir de ahí retomó la confianza; Villarroel, por su entrega característica, aunque luego de la salida de Salcedo tuvo que cubrir la franja izquierda y se vio desorientado, pero no fue su culpa; Jorquera, que con sólo 19 años metio dos pase-gol, porque aunque sea lagunero y le falte físico para rendir 90 minutos al máximo, no se achicó ni acá ni allá; y Biscayzacú, que denle un arco y la mete.
¿Bajos? Fierro no hacía un mal partido, pero cuando entró Cabión a su zona y tuvo que subir, se borró; Rojas, que se dejó primerear por Palermo en el penal y en el gol y le vió el número toda la noche a Palacio; Cabión, que jugó horrible, perdiendo demasiadas pelotas cuando el partido pedía bajar las revoluciones; y, obviamente, Salazar.

Hoy, con la renuncia de Borghi confirmada, comienza un nuevo ciclo. La clasificación a octavos esta muy latente, "basta" ganar los dos partidos de local, algo que no parece imposible si se juega como se jugó ante Boca en el Monumental.
Pero los problemas no están todos en la cancha y el que llegue a sentarse a la banca de Colo Colo la tendrá durísima: la gente quiere demasiado a Borghi, pero con las actitudes mostradas de un tiempo a esta parte, queda claro que la cuestión no es recíproca.
Alguien que te quiere no te abandona. Por lo menos, así, no.

jueves, marzo 20, 2008

SIRVE UNA NOCHE DE CACIQUES

Colo Colo se estrenará como local en la Libertadores 2008 nada menos que ante el campeón vigente Boca Juniors, en un duelo que promete.
El partido es bastante historiado, registándose 8 partidos oficiales entre ambos equipos con tres victorias para cada uno. En calidad de local, Colo Colo ganó 3 y perdió el restante. En la previa, nada mal.
La cosa es que el Cacique viene jugando pésimo defensivamente y mostrando poco en ataque, aunque Boca tampoco ha brillado en lo que va de temporada.
Para colmo, Boca se hace fuerte precisamente en los dos aspectos que más le cuestan al cuadro de Borghi, como son las jugadas de balón detenido (tanto remate directo cuanto jugadas preparadas) y los balones cruzados (lo que en general, le molesta a los equipos que defienden con 3) para el desborde de Palacio.
Para poner el asunto más negro, el mejor hombre de la zaga será el que no esté: Miguel Riffo se encuentra lesionado.

Así puesto, el escenario parece oscuro, pero la verdad sea dicha: peores Colo Colo le han ganado a mejores Boca.
Esto obedece, quizás, a que para el pueblo albo, y a partir de la bullada semifinal del '91, el partido envuelve sensaciones especiales, más allá de la motivación extra que implica enfrentar a equipos como el xeneize o Sao Paulo, por nombrar los más ganadores del último tiempo.

En lo personal, creo que este Boca, pese a que tiene a Riquelme y a gran parte del plantel campeón vigente, no ha alcanzado el rendimiento esperado. Y es que pese a la gran campaña publicitaria a su favor, Ischia no es un Campeón. No es Bianchi, ni aun, Russo.

Un último aspecto-apreciación tiene que ver con el hecho, constantemente repetido sobretodo en la fase grupal, de que Boca no juega a full en calidad de visitante, sabiendo que en su cancha es prácticamente imbatible.

Ahora, yendo al grano y en lo estrictamente futbolístico, los equipos titulares seguramente serán:
COLO COLO (3-4-1-2): Muñoz; Mena, Carrasco, Rojas; Fierro, Villarroel, Sanhueza, Salcedo; Salazar (Jorquera, González); Barrios y Biscayzacú.
BOCA JUNIORS: (4-3-1-2): Caranta; Maidana, Cáceres, Paletta, Morel Rodríguez; Ledesma, Battaglia, Vargas; Riquelme, Palacio y Palermo.

Salta a la vista que la gran duda del Cacique es quien será el enganche: creo que Borghi apostará por Salazar, ya que Jorquera ha jugado mejor entrando en los segundos tiempos y no creo que quiera darle la responsabilidad en un duelo tan trascendental a su joven yerno.
Ojo que ante la duda de Biscayzacú (tiene algunos problemas), no sería descabellado que se decida a ingresar con dos enganches y en ese caso, sí creo que Jorquera sería de la partida pero junto al Chuky González. Y atención con el Chuky, porque seguramente el partido será trabado, con no pocas faltas, y en ese aspecto, el ex O'Higgins es el más certero probando a puerta.

La última línea de Boca, salvo por Morel y su buena pegada, es más de marca que de buen pie.
A este respecto, existen dos cuestiones a las que Colo Colo deberá saber sacar ventaja: en primer lugar, el fondo boquense juega muy en línea (Maidana es más central que lateral y tiene esa tendencia, mientras que los dos centrales son de ir al choque más que de esperar) y el Grillito
es especialista en vulnerar el offside. Esperemos que ande certero; en segundo lugar, el que más sube es Morel y precisamente por ese lado juega Fierro. Nuevamente, esperemos que sepa explotar las espaldas del guaraní.

Al medio, por el lugar -centro-izquierda- que ocupa normalmente Riquelme, el encargado de tomarlo debiera ser Villarroel, tipo al que se le podrá cuestionar todo menos su actitud y entrega. Por la tendencia de Vargas a centralizarse, Fierro tendrá un callejón bastante amplio para avanzar y puede ser una de las claves del partido.
En la izquierda, y ya que Maidana no sube demasiado, Salcedo se topará constatemente con Ledesma, dos que por guapos no se quedan. Si Ledesema avanza más, Sanhueza debiera salir a su encuentro.

En el área colocolina, la cosa es más compleja.
Palacio tiende a hacer la diagonal de izquierda hacia el centro para aprovechar los pases de Riquelme. Sobre ese costado, Mena tendrá muchas complicaciones, pero lo peor podría venir si el "14" se recuesta sobre el lado contrario, donde marca Ricardo Rojas, quien se ha visto lentísimo y demasiado foulero. Ese sería un encuentro que el argentino debiera ganar con facilidad.
Ahora bien, considerando que la mayor cualidad de Rojas es el juego aéreo, no sería extraño verlo sobre Palermo y que Carrasco jugase sobre la izquierda, un movimiento que ya ha ensayado Colo Colo.

En suma, sirve sólo una gran noche de Colo Colo y una jornada inspirada de los pilares: Muñoz en el pórtico, Sanhueza al medio, Fierro en el desborde y Barrios en el área.
La mesa está servida, la cancha estará rebosante y el Cacique sabe de estas noches gloriosas, sobretodo ante un rival que motiva el doble por todo lo dicho y porque el equipo se sabe en deuda con sus hinchas en este año, en el que aún no logra una presentación satisfactoria.
Qué mejor oportunidad para reivindicarse.

sábado, marzo 15, 2008

...AUNQUE NOS DIGAN QUE SOMOS COGOTEROS

Más vale tarde que nunca.
Lo que ocurrió el pasado miércoles con Alexis Sánchez jugando por River ante la UC en San Carlos fue simplemente vergonzoso y además, ridículo.
Vergonzoso, porque puede entenderse, bajo la lógica de la pasión y de los ánimos caldeados, una reacción con silbidos y rechiflas, pero no una agresión artera y cobarde hacia uno de los mejores jugadores chilenos del momento: ¿acaso los mismos hinchas de Católica no reclamaron hace un par de meses cuando un defensor de San Martín de San Juan privó a Alexis de disputar los partidos eliminatorios del 2007 por Chile?
Ridículo, porque si una hinchada quiere marcar presencia lo que debe hacer es alentar y meterle presión al rival, no tratar de manera patronal a un jugador que ni siquiera logró la condición de ídolo en Colo Colo: Alexis apenas pasó una temporada en el Cacique, período en el que se ganó el cariño de todos por su entrega y calidad, pero jamás en base a declaraciones incendiarias ni menosprecios al rival.
De hecho, muchos hinchas colocolinos dudan de la verdadera militancia de Sánchez, ya que siempre se ha rumoreado que es azul, pero su total apego al estandarte blanco en cada partido disputado, sobretodo en los clásicos, terminó por sepultar la discusión al respecto: Sanchéz la mojó como el más colocolino de todos mientras vistió esa camiseta y por eso merece respeto, admiración y cariño.

Ahora, lo de Católica ya es patológico. Se ha vuelto una costumbre que su barra cada vez que enfrenta a un ex no le grite mercenario, vendido ni traidor -epítetos típicos y hasta entendibles dentro de la jerga del fútbol-, sino que saca a colación el resabio feudal, aristocrático y clasista dominante en sus hinchas: "Rubio (Fuenzalida, Kike Acuña, -"ponga-el-nombre-que-sea-aquí"-) conchetumadre, en San Carlos te dimos de comer".
Por favor ¿acaso cada jugador de Católica es un vagabundo al que se le da comida por caridad? ¿es posible formar un lazo de indestructible unión entre un jugador y su club en base a un supuesto favor que se le hace al primero por el servicio prestado? Bajo esta óptica, la relación entre un futbolista y el cuadro de la franja se resume en "tú juegas y yo te doy de comer". Lamentable.
Entendido así, lo ocurrido con Sánchez no parece raro: Si la UC trata como súbditos (por lo demás, mal tenidos, ya que no son pocos los que se van -y mal- de su disciplina) a sus jugadores y como vagabundos a sus ex, ¿qué queda para con los rivales?

La prepotencia y opulencia característica de la clase dominante respecto de sus trabajadores, a quienes advierte como agraciados por estar bajo su alero y obtener su generoso pago, es una constante que se repite en cada estamento de un club eminentemente elitista, lo cual si bien en principio no es algo malo -aunque cabe discutir si moralmente reprochable-, sí se vuelve relevante cuando es ese mismo club y su gente la que se niega a recibir en su estadio a los hinchas de los clubes más populares del país -Colo Colo y Universidad de Chile- so pretexto de los desmanes y actos vandálicos que éstos podrían realizar dada su condición social: los hechos que involucran a Católica demuestran que no es particularidad de la clase baja no saber comportarse en un estadio.

San Carlos de Apoquindo se ha vuelto una pequeña selva en la que pasa de todo y nadie hace ni dice nada al respecto por ¿temor? al poder que reúne la Tribuna Fundadores.
Como consecuencia, se ha vuelto un estadio frío, que alberga partidos de escasa trascendencia (todos los importantes los juega la UC como "local" en el Nacional), inseguro y sin peso, en el que ningún equipo se siente realmente apabullado jugando en calidad de visita: poco aliento, mucho insulto y cero mística. ¿Cuántas vueltas olímpicas dio la UC en su cancha?

La sensación que queda finalmente es de lástima: en lo personal, prefería que ganara Católica porque le hacía bien al fútbol chileno en general, pero al tenor de la actitud matonesca y patronal de sus hinchas, bien poco me importó que perdieran -de nuevo- en el minuto final.
Y lo digo en serio, porque tengo muchos amigos hinchas cruzados y se que se trata de una institución muy grande, sobretodo en el desarrollo de otras disciplinas, pero la excesiva segmentación, la especie de apartheid deportivo implantada, la ha hecho retroceder muchos peldaños en la penetración social y ser cada vez más vista como una institución elitista y poco querida.
Quizás para ellos, así esté mejor.

lunes, marzo 03, 2008

NO ES CLÁSICO, ES TÍPICO

De acuerdo a Borghi, un Colo Colo - UC, en el Monumental, no es clásico. Cierto, no es lo mismo que jugar contra la U, pero evidentemente sus palabras denotan el desprecio que no pocas veces ha mostrado hacia la franja, quizás aún dolido por aquello de que no calzaba con "el perfil" cuando se le tanteó para dirigir técnicamente a los precordilleranos.
Sin embargo, y pese a sus apreciaciones personales, no se puede desmentir que desde el punto de vista estrictamente deportivo, la UC es más rival que la U para Colo Colo en lo que se refiere a discusiones por el título, logros y desempeños a nivel internacional.
Si a ello le añadimos que ayer, con su triunfo por 1-o, la Católica pasó a ser el equipo con mayor cantidad de victorias en pastos colocolinos, queda manifiesto que no se trata de un partido cualquiera.

Cómo sea, el asunto es que ayer fue muy evidente que mientras para la UC se trataba de un clásico con todo lo que ello implica, el cuerpo técnico y los jugadores de Colo Colo le bajaron el perfil al partido antes, durante y después, una señal pésima considerando que desde el 2002 no se perdían dos partidos consecutivos en el Monumental (la semana pasada, Colo Colo cayó inapelablemente por 4-1 ante Ñublense, jugando con un equipo "alternativo").

El partido, como expresión de fútbol, fue bastante malo salvo algunos pasajes del primer tiempo. Colo Colo tuvo un par de chances muy claras en los pies de Gonzalo Fierro y Biscayzacú, dos que la habían embocado a mitad de semana en Maracaibo.
Por su parte, la UC consiguió el gol con muy poquito: un disparo centrado de Bottinelli, con poca fuerza y que habría sido fácilmente controlable si Muñoz hubiese estado bien posicionado.

El tema de fondo es qué pretende el elenco de Borghi: para los partidos ante rivales en el papel accesibles hace jugar a varios juveniles, quienes si bien ya están en edad de jugar profesionalmente, no han tenido un trabajo en conjunto que los haga ser un "equipo", lo que provoca que al final se terminen regalando los puntos ante equipos de escasa categoría, y para los duelos ante los rivales más "duros" se les baja el perfil a éstos, produciendo la lógica desmotivación.

Ante Ñublense, por ejemplo, jugaron 4 tipos que han pasado por la selección adulta: Moya, Cabión, Meneses y Cereceda; los 3 del fondo son la defensa titular de la sub 20 que jugó en México ante el cuadro local y habituales seleccionados de la categoría -Romo, Arce y Caroca-; Sagredo es uno de los pichones favoritos de Bielsa y ha demostrado su valor en reiteradas ocasiones desde su debut.
Entonces, pese a ser un elento "alternativo" para Colo Colo, no se trata de 11 "donnadies" ni de "aparecidos" que no tengan nada que hacer jugando de local frente a un discreto Ñublense, cuadro que sólo a merced del buen trabajo táctico efectuado por Fernando Díaz y a la irregularidad del torneo está encaramado en la cima de la tabla de posiciones.
Contra Católica, pasó lo ya explicado.

En suma, han sido dos semanas terribles, que de no ser por el, por otro lado esperable, triunfo ante Maracaibo serían un total fracaso: perder como se perdió ante Atlas, jugando pésimo; ser goleado por Ñublense, pese a las situaciones especiales del partido; y regalar un clásico sin mostrar hambre siquiera y con escasa autocrítica, oscurecen el panorama de cara a lo que se viene que son dos enfrentamientos claves nada menos que ante Boca Juniors.

Párrafo aparte y final para los "refuerzos" de Borghi y su representante regalón: Colo Colo adquirió en diferido a Macnelly Torres, pero por mientras el mismo representante les pasó gato por liebre con dos colombianos más de escasísimo calibre, Salazar y Castillo.
Si se van a traer esta calaña de jugadores, que no hacen más que desprestigiar esta camiseta, yo prefiero perder dignamente con juveniles y de la casa: Jorquera, sin alcanzar un nivel superlativo, ha demostrado muchísimo más que Salazar, quien abusa del pase lateral y hacia atrás, mientras que el canterano albo, pese a equivocarse, siempre intenta meter pelotas en profundidad y con ventaja, aunque sea un tanto intermitente; Sagredo, por su parte, no juega ni es citado inexplicablemente al ser tapado por Castillo, de precario aporte.
El torneo pasado nos comimos la terquedad de Borghi y su insistencia en "darle confianza" a ese otro gran bidone que trajo llamado Claudio Bieler hasta el final del torneo: yo no estoy dispuesto a soportar que se le sigan dando oportunidades a jugadores que no tienen los méritos ni la trayectoria para vestir esta camiseta y que tapan el desarrollo de jóvenes promesas netamente colocolinas.
Una breve reflexión: Borghi rechazó a jugadores seleccionados nacionales como Mauricio Isla, Jaime Valdes y Mathias Vidangossy, ofrecidos prácticamente gratis, bajo el argumento -ciertamente atendible- de que no quería tener jugadores sólo por seis meses. Bueno, ¿alguien tiene alguna duda de que Salazar y Castillo, pese a haber sido adquirirdos sus respectivos pases, jugarán otra temporada por Colo Colo?
Obviamente que por el bien de Colo Colo prefiero equivocarme yo, pero la verdad sea dicha, el error ha sido grosero y lo estamos pagando con sendas derrotas.