viernes, agosto 31, 2007

GANÓ EL FÚTBOL

Una final de Supercopa muy emotiva ganó el Milan.
Anotó Renato el 1-0 y luego el rossonero lo dio vuelta con goles de Inzaghi, Jankulovski y Kaká, para determinar el 3-1 definitivo.

En lo futbolístico, el partido fue espectacular, jugado a gran ritmo entre los que fueron los mejores equipos de la temporada pasada en Europa.
Pero sin duda, el ambiente estaba cargado de emotividad por la lamentable muerte de Antonio Puerta, jugador sevillista (imagínense que hasta Superpippo festejó con moderación su gol).

Cuando el Sevilla se puso arriba en el marcador, el Milan pudo hacer lo lógico, bajar las revoluciones y regalarle el triunfo al cuadro español, atendido el triste momento de la institución.
Con todo, el equipo milanés comprendió que la mejor forma de honrar no sólo al ex jugador sevillista y a toda su afición, sino al fútbol entero, era jugándose por completo en pos del triunfo.
Y así fue como Gattuso se vistió de wing y sacó un centro que Inzaghi conectó (siempre presente en las finales) para decretar el empate.
Luego vino un pase impresionante de Pirlo para que Jankulovski definiera de manera estrepitosa, casi sin ángulo, poniendo el 2-1.
El Sevilla se jugó todas sus cartas y mandó a la cancha a Kerzhakov por Marti, que hasta ese momento tenía anulado a Kaká. Entonces, y con más espacios, el jugador brasileño enfiló hacia el área rival y le cometieron penal, que el mismo ejecutó defectuosamente pero en el rebote estuvo atento, poniendo su firma y dándole los guarismos definitivos al partido. Correcto, como siempre, no celebró demasiado y le dedicó el gol al que ya no está.

El equipo copero por antonomasia en Europa pudo lograr dos objetivos claves: partir con el pie derecho la temporada 2007-08, que tiene como gran objetivo el Mundial de Clubes (que partidazo se viene ante Boca), sumando su 17º copa internacional, y además, rindiéndole el mejor homenaje posible a Antonio Puerta y al fútbol, porque de seguro, si el sevillano viviese, se habría ido triste por la derrota pero contento por cómo se brindaron ambos equipos.

miércoles, agosto 22, 2007

DE MARCELOS



Las fechas quinta y sexta determinaron que Colo Colo enfrentara consecutivamente a equipos actualmente dirigidos por dos grandes ídolos, sin duda los jugadores extranjeros más queridos y trascendentes de su historia -con permiso de Morón-, Marcelo Pablo Barticciotto Cicaré (U. de Conce) y Marcelo Fabián Espina Barrano (Unión Española).

El presente de ambos técnicos resulta muy distinto, pues mientras "Barti" hace su debut en las bancas profesionales de manera espectacular, siendo el técnico revelación del Clausura al frente de la "U" penquista, el "Cabezón" suma su tercera experiencia profesional, y la tercera pobre.

Curiosamente, ambos DT consiguieron el mismo resultado ante el club de sus amores, un empate 2-2, pero más allá de la igualdad en el marcador, los encuentros tuvieron un desarrollo totalmente diferente.

Así, la U. de Conce se plantó en el Monumental de igual a igual y consiguió rápidamente ponerse en ventaja de dos goles, con una fórmula bastante sencilla: "regalar" el mediocampo y apretar muy encima la salida de Colo Colo, lo que provocó dos errores de la defensa que costaron la temprana desventaja del cuadro local.
Actualmente, el cuadro de la octava región marcha 9º en la tabla de posiciones, con 9 unidades y a sólo 4 del puntero Audax, pero lo importante es la forma de juego inculcada por Barti, con mucha verticalidad, desborde por las bandas y abundancia de jugadores de buena pegada -Aros, Órdenes, JJ Ribera, Lorenzetti, Solís-, lo que lo ha convertido rápidamente en uno de los técnicos con más proyección del medio, junto a Cantillana de Cobresal y Musrri de Palestino.

La antítesis del buen pasar del cuadro amarillo es la actualidad del equipo diridigo por el "Gran Capitán" Espina, en el fondo de la tabla de posiciones con escasos 2 puntos.
El partido ante Colo Colo fue diametralmente opuesto al reseñado anteriormente, con una Unión Española muy timorata en el inicio, siendo sobrepasada absolutamente por el elenco de Borghi y viéndose abajo en el marcador por 2-0.
Hasta ese momento, Espina estaba virtualmente despedido, pero los ingresos de Fuentes, Jorquera y Suazo encaminaron a Unión al empate, conseguido en los descuentos por otro ex colocolino, Manuel Neira.
Decidor era el ambiente que se vivía en el Nacional: mientras la hinchada de Unión Española pedía la salida de su técnico, la Garra Blanca le brindaba cánticos de cariño y apoyo a su ex capitán.
De todo corazón, es de esperar que ese agónico empate no haya sido sólo un salvavidas momentáneo para Espina, sino el inicio de un repunte de un cuadro que tiene plantel para más, pero debe decidirse de una buena vez a borrar a tipos como Gioíno o Acosta, que realmente no están para el profesionalismo, y darle paso a los jóvenes promesas como los mundialistas Sub 20 Isaías Peralta y Cristian Sepúlveda, además de los mencionados Jorquera, Fuentes y Suazo.

Lo curioso de todo esto, es que viéndolos en la cancha, escuchando sus conceptos, sintiendo lo que transmitían, uno le auguraba mucho éxito como DT a Espina y no tanto a Barticciotto, pero mientras el primero vive su tercera experiencia amarga (antes debutó en Colo Colo, luego pasó por la banca de Everton), el segundo va pavimentando una carrera que con toda seguridad lo llevará de vuelta a los pastos de Macul.

Suerte, Marcelos.

martes, agosto 14, 2007

SEMIDIOS

Lunes 13 de Agosto de 2007: Marcelo Bielsa asume oficialmente la Dirección Técnica de la Selección chilena y la sucesión de hechos llama la atención.

¿Qué llevó a Mayne-Nicholls a fijarse en él? ¿Es tan cierto que en nuestro medio no existe una mejor alternativa, al menos en la relación precio-calidad? Yo creo que, efectivamente, no existe.

Por un lado, tenemos a Borghi, quien pese al tricampeonato obtenido, está en plena maduración como DT, cediendo en aspectos que anteriormente ni en sueños lograba evocar, como la rotación de sus piezas, el trabajo de táctica fija y el manejo de resultados.
Del otro, está Toro, que cuenta entre sus logros el haber obtenido una final con Coquimbo y otra con Audax y que ha llevado a este último equipo al primer plano local. Con todo, me parece que le falta la ratificación en un club grande, porque no es lo mismo trabajar tranquilo y con todas las comodidades en un ambiente en el cual el barómetro se mantiene incólume versus el lidiar con pesos pesados en el camarín, el acoso de la prensa y la presión del público.
Garcés, por su parte, donde fue demostró su valía, pero no logra proyectar el respeto necesario, quizás por falta de carisma, por la caricatura que se hace de él o por los anticuerpos que genera, resultado de su egolatría, autoreferencia y eternos lamentos.

Bielsa resume en una persona el respeto que impone un Campeón del Mundo como Borghi -pese a no serlo-, la meritocracia propia de la carrera de Toro y la minuciosidad en los procedimientos de Garcés. También, dicho sea de paso, cobra más que los tres juntos.

Por estas razones, la llegada de Bielsa debe celebrarse, pero a la vez, ponderarse en su justa medida.
No cabe duda que se trata de uno de los técnicos más calificados del planeta (digo, hay que serlo para llevar a Newell's a una final continental), de un hombre serio, trabajador y, sobretodo, honesto. Hasta aquí, todo bien.

Los problemas nacen cuando se quiere construir la imagen de un sabelotodo futbolístico a partir de su obsesión por los videos y la meticulosidad de su forma de trabajo, así como de sus infinitas mañas personales.
Convengamos en algo: una persona no es mejor o peor profesional de acuerdo a las formas que emplea ni tampoco es más o menos inteligente en razón de su exceso o carencia de signos externos de notoriedad -mañas, tics, ritualidades y dogmas cotidianos, que para mí sólo denotan una forma de llamar la atención-.
Por lo mismo, tampoco debe juzgársele en la medida de estos signos.
Con esto, sólo quiero significar que Bielsa es tan buen -o mal- técnico dando notas exclusivas o haciendo conferencias de cuatro horas, viendo mil videos al día o sólo un par o ni uno, saliendo a trotar diez kilómetros diarios o jugando playstation: todo eso que rodea al hombre y lo ha convertido casi en un mito, no vale de nada, al menos, en la dimensión que ahora nos interesa, que es la de DT de Chile.

Por lo tanto, nada sacamos con llenarlo de adjetivos -trabajólico, obsesivo, reservado, minucioso- que no tienen demasiada relación con lo que en definitiva de él se espera: es claro que se le contrató para algo (en lo inmediato, diremos que para clasificar a Chile al Mundial) y no por algo.
En lo personal, lo que me produce respeto es su forma de entender el juego, lo que inculca a sus equipos y, obviamente, sus resultados, pero no, por decir algo, si se levanta a las tres de la mañana todos los días de luna llena para comerse un churrasco italiano, que parece ser lo que más impacto ha causado por estos lados.

Ciertamente, existe expectativa por su llegada y lo que puede hacer, y es bueno que así sea, pero lo que no es saludable es que se intente instalar una visión mesiánica de una persona en razón exclusivamente del mito que se genera en torno a ella, porque, y más allá de las palabras de buena crianza, no hay que ser muy inteligentes: Chile cuenta con una economía estable, es un país atractivo para vivir, quizás el más seguro de América Latina, en el plano futbolístico presenta una gran generación y además, paga el mejor salario del continente, por lo que no debe resultar demasiado difícil convencer a alguien, por más que se apellide Bielsa, de venir a conducir a la Roja.

Lo que yo espero es que al Loco le vaya bien, que se produzca la necesaria convergencia entre sus aptitudes y un buen pasar de sus jugadores en el momento dado, que el medio esté a la altura y se comenten sus decisiones dentro de la cancha y no sus excentricidades fuera de ella, que su trabajo sea evaluado con la seriedad y responsabilidad requeridas, que no porque Bielsa sea él todo va a estar bien y sólo se le pueda preguntar lo obvio o evidente en sus conferencias por el temor a quedar en ridículo, que no sea novedad que convoque a Mario Salgado o a Renato Ramos si los necesita (?), en suma, que se comprenda que es un gran técnico, pero que no es ningún dios, porque eso sólo conduciría a la autocomplacencia, a creer que "no estuvimos a su altura", reafirmando nuestra eterna mediocridad, pero olvidando que el hombre en cuestión ha tenido también sus caídas, y bien feas.

PD: Marcelo, si lees esto: ¡LUIS MENA ES CHILENO!

viernes, agosto 03, 2007

LA ALTURA NO JUEGA SOLA

Colo Colo inició su nueva aventura copera en la Sudamericana a 4.000 mts. de altura frente al cuadro boliviano de Real Potosí, obteniendo un meritorio empate 1 - 1 en calidad de visita.

La verdad de las cosas es que el equipo altiplánico mostró bastante poco, abusando de los balones cruzados y del doblaje por las bandas, creyendo que el factor altura terminaría decidiciendo el partido a su favor por sí mismo.
Entonces, luego de un comienzo intenso por parte del local y cuando se encontraba más agobiado, Colo Colo, consiguió el provisorio 1-0 mediante un córner, merced al oporunismo de Jara, en una jugada calcada al gol de Aceval frente a Huachipato: córner pasado, detención del balón por el receptor en el vértice del área pequeña del segundo poste y remate al arco (aunque esta vez fue del lado opuesto).

A partir de ese momento, el cuadro albo dosificó el esfuerzo físico y el partido se jugó prácticamente en su campo, convencido de que, ante lo mostrado por los bolivianos, la serie se definiría favorablemente en casa.

Así, el gol del empate llegó en una jugada muy fortuita, luego del rechazo parcial de la figura del partido, Rainer Wirth.

El partido es difícil de comentar, ya que debido a las inhumanas condiciones en que se jugó, el planteo de Colo Colo pareció lógico, imponiendo un ritmo cancino al desarrollo, ahorrando el máximo de energías posible.

Pero más allá de eso, y considerando además las dos fechas del Torneo Clausura, el equipo deja algunas certezas.
Por de pronto, el pórtico se encuentra muy bien custodiado, ya con Wirth, ya con Muñoz.
La incorporación de Carrasco en la última línea también resultó ser un acierto. Hasta ahora, el ex Audax se ha desempeñado como líbero: habrá que ver qué pasará cuando Riffo vuelva a la titularidad.
Cabión y Moya igualmente han mostrado lo suyo, no así Rubio ni Cereceda, aún al debe.

Sin embargo, lo realmente importante es que el equipo ha alcanzado un grado de madurez sólo comparable al de la época Benítez.
Sinceramente, ¿alguien puede pensar que la defensa que viene siendo la titular, compuesta por Carrasco, Mena y Aceval (Jara), transmite, por nombres, seguridad? En mi opinión, no se compara con aquélla Riffo-Henríquez-Vidal del semestre pasado pero, pese a ello, ha resultado ser más efectiva.
Con todo, la madurez lograda se nota en diversos aspectos: ya no están los Fernández, Suazo ni Sánchez, que resolvían por sí solos partidos complicados, sino que es el conjunto el que ha desarrollado otras facetas y variantes, hasta ahora desconocidas, como la gran cantidad de goles de balón detenido que se han marcado (ante Huachipato, Concepción y Real Potosí se ha anotado por esta vía).
Del mismo modo, después de conseguir el primer gol, comienza la retención y rotación del balón, casi con la seguridad de que el segundo está al caer.
Consecuencia de lo anterior, es que los goles los convierte cualquiera y no sólo el centrodelantero como ocurría cuando estaba Suazo.

La sensación que queda, en definitiva, es que quizás este Colo Colo no juega el fútbol espectacular del último semestre del 2006, en gran medida porque ha perdido a la totalidad de sus figuras, pero ha ganado en consistencia y solidez: ahora sí parece equipo.